Un aparejador, también conocido como arquitecto técnico o ingeniero de la edificación, es un profesional encargado de la dirección técnica y control de la obra en el ámbito de la construcción. Su principal función es garantizar que el proyecto se ejecute de acuerdo con los planos y especificaciones técnicas establecidas, asegurando la calidad, seguridad y cumplimiento de los plazos establecidos.
El aparejador actúa como el intermediario entre el arquitecto y los trabajadores de la construcción, supervisando la ejecución de las diferentes fases de la obra, desde la excavación del terreno hasta la entrega del edificio finalizado. Además, se encarga de la gestión de los recursos materiales y humanos necesarios para llevar a cabo el proyecto de construcción.
Entre las funciones específicas de un aparejador se encuentran la redacción de mediciones y presupuestos, la planificación y coordinación de los trabajos, la supervisión de los procesos de obra, el control de la calidad de los materiales utilizados, la gestión de la seguridad en la obra y la resolución de posibles incidencias que puedan surgir durante el proceso constructivo.
Para ejercer como aparejador es necesario contar con una titulación universitaria en Arquitectura Técnica o Ingeniería de la Edificación, además de estar colegiado en el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de la zona donde se ejerza la profesión. Es un profesional cuya labor es fundamental en el sector de la construcción, ya que garantiza la correcta ejecución de los proyectos arquitectónicos y la seguridad de las edificaciones.