El radón es un gas incoloro, inodoro e insípido que se encuentra de forma natural en el suelo y en algunas aguas subterráneas. Proviene de la descomposición del uranio en la tierra y puede filtrarse a través de grietas y aberturas en los cimientos de los edificios.
Este gas es la principal fuente de radiación natural en interiores y, si se acumula en niveles altos, puede representar un peligro para la salud. El radón se ha asociado con un mayor riesgo de cáncer de pulmón, siendo la segunda causa más común de este tipo de cáncer después del tabaquismo.
Por esta razón, es importante medir los niveles de radón en espacios cerrados, especialmente en viviendas y lugares de trabajo. Los niveles de radón pueden variar dependiendo de la ubicación geográfica y las condiciones del suelo, por lo que se recomienda realizar pruebas regularmente, especialmente en áreas con mayor riesgo.
Existen medidas para reducir los niveles de radón en interiores, como la ventilación adecuada, el sellado de grietas y la instalación de sistemas de mitigación. Es importante tomar acciones preventivas para proteger la salud de las personas que habitan en espacios con altos niveles de radón.
En resumen, el radón es un gas natural que puede representar un riesgo para la salud si se acumula en niveles altos en espacios cerrados. Por lo tanto, es importante realizar pruebas de detección y tomar medidas para reducir la exposición a este gas y proteger la salud de las personas.
